Thursday, June 19, 2008

'Desaparecieron las fronteras del mundo en mi mente'

Bondadosa y amablemente, Mónica Fuentes accedió a ahondar en su interrogatorio. ¿Cómo era el México que dejó atrás en 1978? ¿Cómo la recibió Canadá? ¿Cómo se ha transformado su idea de país en treinta años de diáspora? Si quieren saberlo, sigan leyendo.

"México, en el '78, era un país con cierta problemática, desigualdad social y corrupción. Había contaminación, congestionamientos [de tráfico], desempleo e inflación. No me fui por eso ni sería eso lo que me impidiera volver. México es un hermoso país, lleno de hermosa gente, donde se disfruta la vida de una manera sui generis. Siempre he dicho, cuando me lo preguntan por acá, que el principal problema de México es la corrupción entre la gente que está en "el poder", la falta de escrúpulos de algunos que afectan a tantos. El ingreso miserable (similar a su nivel de preparación) que reciben los policías (quienes dicen protegernos) es lo que los pone en una situación muy frágil. Si no pueden mantener a su familia con su trabajo honrado, caerán en la tentación de la deshonestidad, que, francamente paga mejor. Esto es un círculo vicioso pavoroso.

"Preguntas cómo me sentí al llegar a Canadá en 1978. La verdad, muy bienvenida, por todos. Lo primero que me llamó la atención fue la cantidad de gente de todas partes del mundo, los idiomas que se escuchaban por las calles, los bellos atuendos y lo rápido que desaparecieron las fronteras del mundo en mi mente. Estamos todos aquí, iguales, juntos. La siguiente impresión que me llevé fue al darme cuenta que en la misma calle convivíamos electricistas, albañiles, médicos, vendedores, secretarias, maestros, recepcionistas y abogados. Todos éramos vecinos de la misma calle. Nadie era mejor que nadie. Ese día me enamoré de Canadá y deseé que algún día pudiéramos tratarnos así en México. No creo que me vaya a tocar ver ese día.

No, no es Mónica y sus amigas. Es la foto de un grupo de amigas de Toronto.
Intenten descifrar cuál de todas no es canadiense. (Foto: The Barron blog)

"He tenido la fortuna de poder ir a México casi cada año, y puedo decir que he ido viendo la transformación que mi país ha sufrido. Lo esencial no ha cambiado, lo lindo sigue lindo. Lo sucio y corrupto, cada vez más sucio y más corrupto. Actualmente el nacotráfico parece estar al centro del problema y tal vez las armas y las tácticas hayan cambiado, pero el poder y el dinero siempre han sido la razón de ser de tanta podredumbre. Cada quien para sí mismo, sin importar a quién pisotean en el camino. Actualmente hay mucha gente pisoteada y eso duele mucho saberlo desde lejos.



"Para cerrar con una buena nota, me encanta volver a México cada vez que puedo y caminar por las calles, recorrer la ciudad en el Turibús, agasajarme con nuestra deliciosa comida típica, disfrutar las playas y los pueblos con sus zócalos y parques. Nunca perderé la esperanza de que las cosas cambien para bien en México para todos los mexicanos, no para los que ya viven bien, sino para los que se merecen YA vivir bien y con dignidad.

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