Friday, May 30, 2008

Apuntes desde Letooooooonia

Ayer cuando leí el comentario que dejó Vicente Cueto desde Riga, Letonia, acerca del post sobre las mature blondies y las décadas que le faltan a México para alcanzar el desarrollo, no pude evitar recordar una frase impecable de Alonso Núñez, a.k.a. Su redactor de confianza, quien vive en Houston, Texas, esa ciudad de tutti frutti en algunas de cuyas calles--atascadas de tráfico-- uno puede encontrar la siguiente variopinta consecución de comercios: taquería jalisciense, supermercado chapín, charcutería jordana, fondita vegetariana hindú, Jack in the Box.

Latvia, not your typical Mexican-ready gettaway. (Map: UT Libraries)

Núñez escribió:

"Cuando conozco a personas de la India o de Etiopía o de Mongolia, que sí están lejos de los suyos y de lo suyo, pienso: 'ay, cómo somos melodramáticos los mexicanos, siempre llorando ausencias y lejanías, y el país está aquí al lado' ".



Bueno, el señor Cueto--a quien sospecho en los mid thirties, pero no lo sé, porque no dejó más datos--sí tendría razones para darle durísimo a la nostalgia: Riga está a 9,798 kilómetros de la ciudad de México. Take that. No he estado nunca en Letonia, pero algo me hace suponer que no hay muchas Taquerías La Tapatía en el vecindario de nuestro audaz compatriota.

Y sin embargo, nos entrega desde allá algunas frases que quise subir a la portada de PSN 'cause they're worth it:

"Hablando en serio, pienso que la desdicha del Gran México es que los mexicanos viven pensando que la unica manera de avanzar en la vida es ser gandalla con el de junto. Vivo en Letonia desde principios de año y he podido apreciar algunas conductas de la gente del primer mundo. He podido echar a andar un poco la cabeza y darme cuenta [de] que, al final, lo que hace grande a un país o por lo menos lo hace avanzar no son los recursos (Letonia sólo tiene 2 millones de habitantes y un territorio ni la quinta parte del de México y está entre tiburones: Rusia y las grandes potencias del Oeste), sino la mentalidad de su gente. [...] Los letones han construido su identidad nacional a base del respeto de sí mismos como nación. Han aprendido a valorar lo que tienen sufriendo invasiones, deportaciones, vejaciones por siglos... Y aman algo que los mexicanos odian y expolian: Su país. De lejos extraño México pero poco a poco me acostumbro a la manera de hacer las cosas aquí, con un nivel tan bajo de corrupción (comparado con [el de] Mexico) que se me antoja increíble que exista.

"La clase media en México desaparece porque no tiene caso ser clase media en México. Todos tenemos derecho a buscar lo mejor para los nuestros, respetando al de junto, claro".

Muchas gracias a Vicente--¿o señor Cueto?--por su comentario y ojalá se prodigue y nos cuente más su experiencia letona (también podría responder al interrogatorio, por ejemplo).

De despedida una nota musica muy centroeuropea: la actuación del grupo letón Pirates of the sea en la última edición del festival Eurovisión. Disfruten.

Wednesday, May 28, 2008

¿Pues no que ya hasta estaba creciendo la clase media?

"Ubicado a la zaga del crecimiento económico entre los principales países en desarrollo, México tardará por lo menos 55 años, el lapso que cubren dos generaciones, para asomarse a los niveles de bienestar que gozan hoy los países industrializados", publica hoy La Jornada en una nota firmada por Roberto González Amador. "Esta es una de las conclusiones más contundentes de un informe internacional sobre el crecimiento y la inclusión social, auspiciado, entre otras instancias, por el Banco Mundial. Además del largo plazo considerado por el reporte para que el país logre colarse a las grandes ligas del desarrollo, existe una condición para que la previsión se cumpla en el tiempo señalado: que la economía mexicana crezca al menos 4 por ciento en promedio anual, una tasa que no han logrado los últimos tres gobiernos, incluidos los años que ha gobernado el Partido Acción Nacional".

Sólo como apunte, según la misma nota, a Argentina--ese país que cada diez años se cae, porque al menos tiene ganas de correr--le tomará 17 años. Latin American leadership, anyone?

Mientras, tanto, como ya comentábamos la semana pasada, México sigue enfrascado en un debate importantísimo: saber cuántos políticos--o hijos de--han tenido hijos ilegítimos con actrices-de-telenovela-cercanas-a-la-cuarentena. Da igual que este mayo haya sido el mes más violento en los últimos cinco años de la realidad mexicana. Eso no importa tanto como saber a quién se parecen los hijos de las actrices güeritas de Televisa--what's with the mature blondies, anyway?



Whatever. Si quieren seguir leyendo la nota de La Jornada para terminar de alegrarse el día, pínchenle el pinche botoncito aquí merito.

Friday, May 23, 2008

Desde la Ciudad Espacial, su redactor de confianza

Hablando de islas chilangas, el último voluntario en apuntarse a responder el interrogatorio PSN nació en la de Polanco--calificada por Blanca Jota, blogger de la revista Quién, como la isla de moda (Polanco, agregaría yo, es una isla clásica; nunca pasará de moda)--y ahora vive en una ciudad enorme y caótica a la que, si uno mira con paciencia y sin tener como referente a NY (una obsesión gringa, por otro lado), se la puede encontrar fascinante: Houston.

Alonso Núñez, sonriendo en horas de trabajo


Se llama Alonso Núñez y, si siguen leyendo, encontrarán su divertido, y muy bien escrito, testimonio. No he podido resistirlo: no he editado un par de cebollazos a este blog, pero es que estoy luchando por deshacerme de la falsa modestia. Qué le voy a hacer, me estoy agringando.

Mil gracias a Alonso por su texto, y no dejen de leer su blog.

¿Qué tal, Antonio? Aquí me tienes, leyendo con gula tu blog en pleno horario laboral. Me van a correr.

Pongo más o menos en orden las respuestas al interrogatorio PSN:

Me llamo Alonso Núñez y soy chilango de tres asaltos y medio (el último delincuente se largó antes de consumar el robo por razones que aún desconozco y que, sin embargo, le agradezco mucho).

Vladimir Lenin, before the Perestroika (Photo: Wikipedia)

Estudié algo de Historia en la Universidad Iberoamericana durante los años de la Perestroika: recuerdo con cuánto ahínco queríamos derribar la estatua de san Ignacio [de Loyola] por su notable parecido con el padrecito [Vladimir] Lenin. Ahora, por carecer de estudios en forma, tengo que trabajar como redactor en una agencia de publicidad: López Negrete, ubicada en Houston.

Saint Ignatius of Loyola, after the Perestroika (Photo: Wikipedia)

Soy casado, de familia numerosa y de quincena muy, pero muy comprometida. O sea que te debo la clasificación social alta, media alta y hasta media a secas.

Comencé mi odisea por Estados Unidos en el 2001, atraído por el dulce canto del dólar. Ah, el sueño americano. Hoy sé que éste caduca a los treinta días: los mismos que tardan en llegar las facturas de todo lo que uno firma.



"Si tú me dices ven...", respondió Alonso al Tío Sam, y se fue al gabacho.


He vivido en Los Ángeles, Seattle y la ya citada Houston. Y no me quejo. Tiene lo suyo el imperio. De entrada, está más limpio que mi noble, leal y archirrecontraperredista Ciudad de México, asiento de toda basura, enemiga jurada de la urbanidad y capital mundial del olorcito a descompuesto.

Sin embargo, me encanta regresar de cuando en cuando a ese desmadre monumental: sobre todo a Polanquito mi barrio, al centro, a la Condesa, a la Prado Churubusco (sede de la panadería Linares) y al mítico Coyoacán.

Además del orden gringo, me gusta la competencia feroz del mercado laboral: hay gente talentosa de todo el mundo. Y esto te obliga a quitarte el sarape, a seguir aprendiendo y a ponerte al tú por tú con media humanidad. Por lo mismo, no extraño México. Cuando conozco a personas de la India o de Etiopía o de Mongolia, que sí están lejos de los suyos y de lo suyo, pienso: ay, cómo somos melodramáticos los mexicanos, siempre llorando ausencias y lejanías, y el país está aquí al lado.

Polanquito, Alonso's hometown (Photo: Wikipedia, for a change)

Conozco a varios paisanos que se hallan en la misma situación que yo: batallando de este lado, sin tantos conflictos existenciales. Les voy a recomendar tu blog. Está de perlas. Y con dicha promesa me despido. Hay un asunto oficinesco que demanda mi atención inmediata: a nadie se le ha ocurrido hacer el café de la tarde y con el tanque vacío no se puede carburar.

Un abrazo solidario.
A. N.

Posdata. Si no has conseguido el ejemplar de "El niño Triclinio", te lo mando con gusto. Tengo dos.

Alonso Núñez
su redactor de confianza
http://suredactordeconfianza.blogspot.com/

Wednesday, May 21, 2008

Lo que nos interesa...

Portada de la Revista ¡Hola! edición México, número 74, 15 de abril de 2008

La inversión extranjera en México cayó 36% en el último trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior, reportó la Secretaría de Economía, según una nota de Notimex que hoy aparece en la portada del diario El Universal... chiquita, en un plano secundario.

Un poco mejor desplegado, por decir algo, en la misma edición del mismo diario digital, aparece la noticia de-la-que-parece-que-todo-México-está-chismeando: Santiago Creel es papá de la hija de Edith González. ¿Por qué nos interesa esto? Desde luego porque nos encanta el chisme, porque los dos son güeritos y, sobre todo, por el morbo que representa ver a un político de derechas aceptar públicamente sus tropiezos morales (btw, no se pierdan los comentarios de algunas lectoras de la revista Quién al respecto... priceless).

Sin embargo, it's a little bit scary que, entre las cinco notas más leídas hoy en El Universal, tres de ellas estén relacionadas con la misma nota, a saber:

1. Acepta Creel que Constanza es su hija.
2. Bajo reserva: Las horas difíciles de Creel y Edith González.
3. Descubren dos cadáveres con narco-mensaje en la México-Cuernavaca.
4. Argentino confiesa ser amante de Cristian.
5. De cuando a Edith González la vinculaban con AMLO.

Qué bueno que, al menos, l'affair Creel no le ha quitado su lugar a la telenovela Los Castro también lloran del imaginario popular mexicano actual. Sólo eché en falta alguna nota sobre Fabiruchis.

It's such a sad blast from the past, ¿a poco no? Hace muchos, muchos años, cuando todavía vivíamos bajo el régimen del PRI y Televisa, a eso se le llamaba 'pan y circo'. Aquí seguimos, totalmente relegados del primer orden internacional, dejándole todo liderazgo latinoamericano a Brasil, pero enganchados sin remedio a cualquier culebrón que nos echen enfrente.

Tuesday, May 20, 2008

Idealizar lo que uno rehúye

Uno siempre idealiza a la gente cuando no la tiene cerca y cualquier ciudad, cuando no la conoce o ya no vive en ella. La ciudad de México tiene un lugar especial en mi lista de idealizaciones. Hace cuatro años que no la visito, y este verano estaré allá con mis hijos por vez primera. Y, claro, la estoy idealizando desde ahora.

Dicen que el tráfico se ha puesto peor con los años y que ahora es (más) complicado reunirse con la gente. Los chilangos, dicen los que han estado allá recientemente, agendan sus jornadas con una precisión rayana en lo escandinavo, y les resulta muy difícil salirse un poco de ese plan previamente establecido. Es una manera, dicen los que lo han experimentado, de evitar que el caos de la ciudad termine por volverlos locos. Puedo creerlo.

Otra cosa que han hecho los chilangos es convertir a la ciudad en una consecución de pueblitos, de islas. La isla Santa Fe, la isla San Ángel, la isla Condesa, la isla Satélite, la isla Interlomas. La gente ha dejado de vivir En La Ciudad De México, para vivir en su pequeña isla, aislada de la realidad que engulle, en su conjunto, a la ciudad. ¿Será así? En mi visita tengo planeadas visitas a varias de esas islas pero me pregunto cómo será el resto de la ciudad que aún no es isla, pueblito. ¿Existe una isla Centro Histórico? ¿Alguien vive en ella? ¿Puede alguien explicarme cómo navegar en ese archipiélago?

No conozco a nadie que ya no viva en la ciudad de México que no esté deseando volver a ella... de vacaciones. ¿Cómo es el regreso? ¿Cuánto tiempo tarda uno en quitarse la venda de los ojos y darse cuenta de que ha idealizado la ciudad durante su ausencia? El otro día leí una entrevista a Carlos Monsiváis en la que definía a la ciudad como agonizante. Para que lo diga Monsiváis...

Friday, May 16, 2008

Postcards from the Green (Card) II



It's been two and a half months since I posted Juan Miguel's first postcard on his journey-to-the-Green-Card in Austin. Here's the second installment. As a prologue, I should comment that, despite Juan Miguel notes in his account "there has been no life-changing events" during his time in Texas, the whole experience he's been through since January is one of the most fascinating and desirable life-changing events anyone can experience. And he can tell nonetheless. We're very proud of his accomplishments, especially the fact that, living now on East Austin, he hasn't given in yet to the impulse of getting a pit bull for himself.

Thanks to John Miguel (as my son Guillermo calls him) for his second entrega. Look forward to reading more.

Getting lost is not a waste of time

It has been almost four months since I left Mexico, my home and my way of life. A lot has happened [since then] but there has been no life-changing events [so far], no epiphanies and no, I haven’t found god. So the question is, What have I found? Well, I think I’ve found a little bit about myself and whole lot more about the American culture.

I’ll tell you what I’ve been up to. I’m still tutoring [High School] kids in Math and it has been a positive experience, but I do have to say the Public Education [in Texas] is just not working. Teachers and kids are so concerned about passing the TAKS [Texas Assessment of Knowledge and Skills] that they actually forget about learning and, most importantly, [they forget] about thinking of using common sense, [an element] that I truly think it is essential for preparing kids for the world. There are people that are trying to change that, so that lets some hope shine through and I definitely would like to continue tutoring once I go back [to Mexico].

Juan Miguel's idea of a Real Beach


A little bit after the last post, Spring Break came and I went with a friend that I knew from a camp and her friends to Galveston. We went for a little bit less than a week. [I enjoyed] nice company [but] not so nice weather. What people here in the States call beaches are not. Beaches are not cold, they don’t have wind 24 hours a day. Beaches are at least 80° F at all times. Oh yeah, and the ocean is warm and will not put your body in hypothermia. Hey, but that’s just me. But I won’t lie, I had a good time and it was [a] nice way of having a little bit of my usual life back.

Shortly after that I was once again encouraged by a power duo [Antonio & Valentina, that is] to do a bit more with my time. So, I went to UT and looked into some classes I might be interested in and managed to get into one class. Classes here, being that is a public university, have a lot of students (about 120 of them) in the classroom, which is a big change 'cause the mayor I am doing is pretty small (about 20 students). So, as you see, the change is a bit radical but nevertheless I do enjoy the class. The teacher is a 50-something English man who is pretty entertaining (he makes awful jokes but, hey, at least he tries). He is pretty good at teaching Calculus, which is never an easy subject, and people seem to understand, so he must be doing something right. UT campus is pretty cool and really big and the students don’t seem that much different from mine.

On my green card search... Well, I just got my prints and pictures taken for the papers, so apparently everything is going relatively smoothly. In about a month my temporary work permit should arrive and after that, [I] will become a productive member of society (well, just a bit; I don’t plan on overdoing it). On a side note [that has nothing to do with this paragraph --blog master's note], I would like to congratulate the blog master for his fellowship [you're welcome Juan Miguel, but you still owe me those tacos al pastor you promised over the phone -- blog master's note].

About a month ago, I moved out from the blog master and his wife’s house (for which I am eternally grateful [tacos al pastor always come in handy to show eternal gratitude, John Miguel --blog master's note not to be taken seriously, please]) and moved into [one] room in East Austin. For those of you not familiar with Austin the East is the ghetto part of the city (well, as ghetto as Austin can actually be). The owner of the house is a 30-something man who is the definition of a bachelor. That is not a bad thing, but he is a bit messy and, well, after being in the chlorine house for a bit over two months, it is hard to see dirty dishes and un-swept floors, but all in all it’s a good place [to live]. The other roommate is a 28-year old female musician; she moved from Vegas and is pretty cool.

Looking for John Miguel? Try 9120 N. I-35, better known as Taquería Rodríguez. Ask for 'El Güerito Chilango'.

One of the things I most miss about my home is the food (as any Mexican will), but I am happy to say that I found a temporary fix here called Taquería Rodriguez. Their tacos al pastor, I will not lie to you, are not as good as many places back in Mexico, but they are better than others, so even if I would have found them in Mexico, I would probably pay them a visit once in a while. Since they are here, I go a bit more. Even with this, I am still in the search for the perfect spot for Mexican food (that’s a search that I think will never end.)

Tuesday, May 13, 2008

The 'México lindo y querido Syndrome', exposed



The Washington Post published today the results of a study sponsored by the Manhattan Institute that revealed that while "immigrants of the past quarter-century have been assimilating in the United States at a notably faster rate than did previous generations (...) The gap between today's foreign-born and native populations remains far wider than it was in the early 1900s and is particularly large in the case of Mexican immigrants".
Jacob L. Vigdor, a professor at Duke University and the author of the study, is quoted in the story explaining that a possible explanation for this accelerated assimilation process was "that the economic expansion of the 1990s created more job opportunities at all levels, speeding the economic integration of immigrants. It could also be that because today's immigrants begin at such a low starting point, 'it's easier to make progress to the next level up' of integration than it would be if the immigrant had to improve on an already high level of integration."

The last three paragraphs of the story are devoted to explain why Mexican immigrants hold one of the lowest levels of assimilation, according to the study's results. Please read:

"The overall assimilation index also masks big differences between immigrants from certain countries. Mexicans, for example have an index of 13, while Vietnamese were at 41. And although immigrants who arrived as children tend to be nearly identical to their U.S.-born counterparts, apart from their lower rates of citizenship, those who come from Mexico are less assimilated and have higher incidences of teenage pregnancy and incarceration.

"A major reason for these disparities in assimilation levels may be the high percentage of Mexican immigrants who are in the country illegally, Vigdor said. When only cultural factors are considered, Mexicans score almost as high as Vietnamese and higher than immigrants from countries such as India and China, which tend to have a high rate of immigration to the United States.

" 'If you're in the country illegally, a lot of the avenues of assimilation are cut off to you,' he said. 'There are lot of jobs you can't get, and you can't become a citizen.'

Among the ten largest immigrant groups featured in the story, Mexicans rank number 10 on 'Civic Assimilation' while they are just on the middle of the list when it comes to 'Cultural Assimilation'. They're below other Latin American contingents, such as Cubans, Dominicans or Salvadoreans, but they're above--more culturally assimilated, that is--than Indians and Chinese.

I've always backed the theory that explains the existence of a Mexican malaise called the 'México lindo y querido Syndrome'. This largely common maldición depicts the Mexican unabashed resistance to assimilation, not only in the U.S., but everywhere we end up moving to.

We're addicted to our mother country, we think assimilating to a different country is traición a la patria, is betraying our nation. Why adjusting to this new place, we think, if eventually we'll go back home, where everything goes?

Vigdor makes a point at underscoring how hard it is to adjust when you're illegally in this country, how difficult doing anything is when you're always afraid of la chota, the authorities. But I know a bunch of Mexican legal immigrants who would sell their mother for two hundred pesos before fully assimilating to the U.S.

Why is it so hard to leave all that behind? Is it, maybe, because it is all, Mexico, so close to el gabacho, that we think we're still there, that we hope that, one morning we'll wake up and here will become there?

Thursday, May 8, 2008

There we go, yet again

Cae la noche en Austin; diciembre de 2006. Foto: Christel Peyrelongue

Mudarse a otra ciudad, a otro país, es como morirse un poquito, como renacer. Es tener la oportunidad, única y sin embargo renovable en cada mudanza, de corregir lo que a uno no le gusta de sí mismo, de enmendar los errores que ha cometido en la ciudad en la que vive ahora y de poner tierra de por medio con los fantasmas locales.

Pero también es la posibilidad de perder lo que uno ha ido abonando en este terreno, tal vez de alguna forma nada más. Hay amigos que son para siempre sólo en la medida de la rutina cotidiana; son amigos con los que uno goza las minucias del día a día, pero con los que uno no tendrá nada de qué hablar dentro de unos años, si es que los llega a encontrar de nuevo--por eso me he aburrido tan rápido de Facebook; me parece una máquina de hacer amigos artificiales con gente con la que, aunque uno haya visto muchas veces y tratado mucho en el pasado, tal vez ahora ya no existe.

Emigrado e hijos en Lady Bird Lake, Austin; diciembre 2005. Foto: Valentina Ortiz

La distancia, contrario a lo que dice la canción, no es el olvido. Es sólo un acicate, o un disolvente. Mis mejores amigos no viven en la misma ciudad que yo. Uno de ellos, que es como mi hermano y al que conozco desde que teníamos 14 años, y yo sólo hemos vivido en la misma ciudad durante 18 meses; un año en Toluca, en 1988, y seis meses en la ciudad de México, en 1995. Con el resto es algo parecido. Y sin embargo son la gente con la que puedo hablar y sentirme escuchado sin importar que pase el tiempo.

Pero mientras el mundo tiene demasiados lugares interesantes donde vivir alguna vez, cada vez que uno se marcha de una ciudad se va con asignaturas pendientes. A veces uno las deja sin cumplir por miedo, otras por desidia y unas más porque uno así lo ha querido, de forma deliberada. Cuando uno se va de una ciudad, lo hace para siempre, porque aun uno vuelva, el viaje ya lo ha cambiado a uno, y la ciudad ha cambiado también, pese a seguir en el mismo sitio.

El Osito Bimbo, captado en la autopista I-35 a la altura de los Outlets de San Marcos, Texas; abril 2008. Foto: Valentina Ortiz

De manera que las asignaturas pendientes que uno deja por desidia y al paso del tiempo se convierten en remordimientos, se perpetúan, porque la ciudad ante la que uno queda en deuda dejó de existir en el momento que uno la abandonó. Y para fortuna de quienes detestan las cargas pesadas, ése que dejó asignaturas pendientes al partir, también ha desaparecido. El viaje se ha hecho cargo de él.

Laundromat en Brenham, Texas, a medio camino entre Austin y Houston; marzo de 2008. Foto: yo mero

Tuesday, May 6, 2008

La incertidumbre del comienzo

Una disculpa a quienes hayan visitado PSN durante estos días y no se han encontrado nada nuevo. Mañana concluyo una semana de descanso en mis actividades de bloguero y volveré para hablar sobre las sensaciones que renacen cada vez que uno recibe la noticia de una nueva mudanza.